Este mes de octubre de 2017 la revista Quercus (de tirada nacional y un referente de los movimientos conservacionistas de todo el pais) publicaba un artículo de “Ecologistas en acción Cuenca” haciendo referencia, según el criterio de éstos, a la falta de regulación de la actividad de escalada en las hoces por parte de las administraciones implicadas y de cómo afecta nuestra actividad a la nidificación de algunas especies de fauna rupícola.
Desde el Colectivo Escaladores Cuenca afirmamos con conocimiento que la escalada en las hoces de Cuenca no se está extendiendo a otras hoces cercanas a la capital, como así afirma Ecologistas en acción. En la zona de Valdecabras se escala desde los años noventa y permanece estable sin nuevas equipaciones desde antes que entrara en vigor el vigente instrumento de gestión que afecta a este espacio natural (Plan de Gestión Serranía de Cuenca de 2015, mediante el cual para equipar cualquier vía nueva se debe obtener autorización expresa de la Consejería). Previamente a la entrada en vigor del citado Plan y fruto de conversaciones con la Administración competente en materia ambiental llegamos a un acuerdo no escrito por el cual entendimos que esta zona no debía seguir creciendo en número de vías. Por otro lado, en la hoz del Buey, debido a su condición de Espacio Natural Protegido (ENP) tampoco se están equipando itinerarios deportivos, ya que somos perfectamente conscientes como colectivo local que a diferencia del instrumento de gestión del espacio de Valdecabras antes comentado, en este enclave la escalada permanece prohibida. También hemos de recalcar que en la provincia de Cuenca no existe nada parecido a la Escuela de escalada de las hoces del Júcar y Huécar (ni cuantitativa ni cualitativamente) exceptuando la bonita y pintoresca escuela de Valera, con bastante menos vías que Cuenca y un instrumento de gestión que afecta a las nuevas aperturas.
En las hoces de Cuenca capital la práctica deportiva es habitual entre los habitantes de la ciudad, con lo cual tampoco es razonable que se nos vea como la principal "especie invasora", puesto que además desde el CEC fuimos pioneros en cierto modo de ciertas actividades medioambientales para la mejora del entorno como la limpieza de diversas zonas de las hoces, recogiendo residuos de todos sus usuarios o las jornadas de repoblación con especies autóctonas en algunos sectores de escalada. Con esto también venimos a reivindicar en cierto modo la falta de una mayor implicación por parte de la Administración municipal en la conservación de estos espacios que usamos todos (como pudiera ser dotar de váteres públicos algunos puntos de las hoces, etc)
En el caso de la nidificación de halcón Peregrino del año 2007 en el sector Piscinas de la hoz del Júcar la Administración impuso una prohibición temporal con la intención de facilitar la nidificación de este ave incluida en el CREA (catálogo regional de especies amenazadas) en la categoría de vulnerable. Esta prohibición duró más de cinco años y fue respetada por la totalidad de la comunidad escaladora todo ese tiempo. También nos consta que todo ese tiempo se realizó un seguimiento por parte de los Agentes Medioambientales de la zona comprobando que en esos años consecutivos no hubo nidificación, por lo que desde la Asociación Escalada Sostenible se solicitó y finalmente se consiguió la reapertura del sector. No es cierto que el 2007 sea el último año que esta ave haya tenido nidificación en Cuenca capital, este hecho se desconoce y se sospecha que pudiera completar esta fase de cría en algún edificio antiguo de la ciudad.
Entendemos que en los sectores en los que se práctica la escalada actualmente éstas regulaciones, cuando sean necesarias, deben ser dinámicas (condicionadas por los períodos de nidificación) ya que de esta manera se posibilitará la compatibilidad entre la práctica del deporte y la conservación de las especies. Para nosotros el camino adecuado es el que se dirige a la promoción de ciertos valores de respeto y cuidado del entorno, educando hacia la conservación de nuestros espacios de práctica deportiva que con tanto cariño y esfuerzo se han ido creando en la escuela, situándonos consecuentemente como un referente Europeo de la escalada y donde esperamos en un futuro ser un modelo de autogestión y conservación.
Actualmente el acuerdo existente y que se deriva de la Ordenanza municipal de 2011 del Ayuntamiento de Cuenca para las labores citadas anteriormente, consiste en la creación de un Comité de Equipamiento (dependiente de la Federación de Montaña de Castilla la Mancha) el cual ordena y regula las aperturas de nuevas vías en todos los sectores de escalada bajo ciertos criterios previamente consensuados entre escaladores y Federación. De forma paralela e independiente la Consejería competente en la materia mediante los Agentes Medioambientales de zona y en base a la ley 9/99 de conservación de naturaleza de Castilla la mancha vela por la conservación del ecosistema y la vida silvestre presente en las hoces cómo de cualquier otro entorno natural, ya que atendiendo a esta norma se prohíbe con carácter general el dañar, alterar o destruir a las especies de fauna o flora silvestres presentes en el medio natural y cualquier individuo que atente en este sentido contra estas especies puede ser sancionado. Con lo que a este respecto la Administración no hace dejación de sus competencias y responsabilidades como se dice en el artículo de Ecologistas.
Creemos que es positivo y necesario consensuar y establecer (con la participación de todas las partes implicadas) áreas de reserva en franjas de roca donde no se equipen nuevos sectores de escalada y puedan seguir siendo refugio tanto de flora como de fauna silvestre en las hoces.
Así pues, desde el CEC, creemos en el diálogo y comunicación como herramientas para mejorar las situaciones y conseguir acuerdos, en el que las partes afectadas tengan el derecho a proponer y el deber de escuchar, llegando de esta forma a consensuar las posibles soluciones. Además de nuestro papel como difusores de información para la comunidad de escaladores, a base de divulgar la normativa existente y “crear” conciencia ambiental.
Lo que no nos parece coherente ni admisible son propuestas encaminadas a “desinstalar un buen número de vías” como se dice en el artículo, de forma cautelar. Para nosotros todas y cada una de estas instalaciones deportivas son necesarias y supone un valioso patrimonio que hemos ido construyendo con muchísimo esfuerzo e ilusión desde hace muchos años. Como ya hemos mencionado antes, los sectores en los que actualmente se escala son susceptibles de acoger regulaciones dinámicas si así se determina o de albergar itinerarios concretos con placas de regulación temporal (como actualmente se hace) colocadas por los propios escaladores o por la Administración. Medidas en definitiva que, con la participación de todos, compatibilicen escalada y conservación.
Respecto al desarrollo y evolución de nuestra escuela:
Desde el Colectivo Escaladores Cuenca debemos hacer unas reflexiones acerca de nuestra idea de cómo y en qué dirección debería encaminarse el desarrollo de la Zona de Escalada de Cuenca, ahora más que nunca. Creemos que los escaladores debemos ser capaces de dialogar y reflexionar, permitiendo, entendiendo y valorando la necesidad de la existencia de estos espacios -áreas de reserva- necesarios para la vida silvestre que habita muy cerca de nuestra escuela. Empiezan a desarrollarse profundos debates en el seno de la comunidad de escaladores para definir esta postura, de la cual creemos se derivarán regulaciones de carácter prohibicionista (debido al frenético ritmo de expansión en algunas zonas) o bien regulaciones dinámicas en las que se nos escuche y tenga en cuenta (colectivos y Asociaciones), acordes con un moderado y razonable crecimiento allá donde este se pueda dar. En ocasiones la demanda de nuevos itinerarios en roca puede superar a la capacidad del medio natural: hay que recordar que la roca, el gran patrimonio geológico de los escaladores, es un producto finito (como el petróleo) y solo tenemos unos metros lineales de pared, es la que hay. De ahí que pensemos que la forma en la que los escaladores gestionamos nuestras escuelas deba encaminarse a la calidad y no a la cantidad, al reequipamiento de vías antiguas o peligrosas que no se escalan (contando con el consentimiento de su equipador) poniéndolas en valor y optimizando lo que ya tenemos reseñado (y reconocido) como zonas de escalada. También se vuelve importante desarrollar otros trabajos de mantenimiento y mejora en nuestras zona como pudieran ser labores de fijación del suelo (que estamos perdiendo en accesos a sectores y pies de vías de manera irreversible) o desarrollo de proyectos como el Programa cajas nido (patrocinado por la Asociación Escalada Sostenible y desarrollado sobre el terreno por escaladores locales y asiduos a la escuela), por poner dos ejemplos… Esto significa la implicación directa del escalador en la conservación de su propio terreno de juego.
Hemos aprendido que los sectores no pueden crecer ilimitadamente, ya que esto además de ser ambientalmente insostenible perjudicaría a la propia escalada (menuda paradoja) en el sentido que surgirán sin duda regulaciones de carácter prohibicionista (como ya se están dando en algunas zonas del país), ya que en el medio natural no solo habitan escaladores y una Administración que se vea desbordada por una situación tenderá irremediablemente a prohibir la misma mucho antes que ha intentar controlarla.
Creemos que únicamente conservando el medio natural donde se desarrolla nuestro deporte podremos cuidar y asegurar el futuro de la propia escalada en roca.
colectivoescaladorescuenca@gmail.com